Se trata de la relación que mantuvo en los comienzos de su carrera la ahora jueza Marina Barbagelata, con el estudio del reconocido abogado, Julio Federik, cuando este defendió a Domingo Daniel Rossi en la causa por enriquecimiento ilícito que derivó en una codena en 2006 que será revisada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).